¿Como empezó todo? El primer contacto

El primer contacto siempre es un momento inolvidable entre dos personas. Y más el de una sumisa y su amo. Cuando hay algo que de repente despierta el interés en esa persona. Mi entrega comenzó con algo tan sencillo como una búsqueda en la web. El día anterior al encuentro había hablado con un dominante con el que solía comentar mis dudas, o pedirle consejo, y algunas veces me recomendaba lecturas para saber un poco cual es el origen del BDSM. Me habló de un dominante muy conocido, y allá fui yo, a leer su página web.

Estuve un par de horas en ella hasta que vi una pestañita en la que había un enlace a un grupo de contactos, me intrigaba bastante y allá fui de cabeza, la verdad, no sabia como moverme muy bien, pero tenía claras un par de cosas sobre el protocolo, con eso y observar me vi capacitada para adentrarme en el. Leí las normas a conciencia, debía presentarme ser respetuosa tratar a todo el mundo de ud y un par de cosas mas que no vienen mucho a cuento. 

La cosa es que poco a poco comencé a encontrarme cómoda, aunque había una domina que no me acababa de encajar muy bien (la cual mas adelante tendra un papel importante en nuestra história). Salvo por eso, y que había una brat que también me chirriaba con el resto de la gente me encontraba muy agusto.

 Estuve unas cuantas horas hablando, seguí el consejo de un par de integrantes puse mi nick en minúsculas y entre paréntesis la s “jane (s)”.  De entre toda la gente, llamó mi atención un dominante, no sabría decir muy bien el porque, si su foto de perfil; quizás su nick. La cosa es que me llamó la atención. Emanaba ya de por sí fuerza, y eso me interesaba, sin atreverme a pedirle un privado hablaba con él más que con el resto del grupo, hasta que a las cuatro o cinco horas que duró este juego me preguntó si podía hablarme al privado, cosa a la que yo accedí, pues estaba dudando de si debía una sumisa pedirle privado (pv) a un dominante. Este fue el primer día en el que hablamos sin ser observados. Un día en el que conoció un poco más de mi pero no todo, vio la capa exterior, el maquillaje que cubría todas mis marcas por así decirlo. Le di las buenas noches sin saber que eso se convertiría en una rutina, y me pase por el grupo para hacer lo mismo, y después me acosté. Ya  tarde para mis horarios de costumbre, mi cabeza no paraba de dar vueltas sobre lo que acababa de pasar, y entre unas cosas y otras me dormí. Y esa noche no iba a ser menos que las otras, esperando a que quedase derrotada sobre las mantas de mi cama, estaba esa pesadilla acechándome, la causante de mis pocas horas de sueño y mi frustración continua.

Desperté malhumorada, preparando las cosas que me hacían falta para irme a casa de mi abuela. Así es, en pleno estado de alarma, no por gusto, sino por necesidad, tenía mil cosas que entregar y ninguna posibilidad de hacerlo desde casa. Me armé de mascarilla, gel, y un par de cosas más y me puse a caminar hacía la casa de mi abuela. Llevaba ropa para estar allí todo el tiempo que necesitase sin problemas, por el camino hablaba con una amiga, y le di los buenos días a mi madre. Me crucé solo con una persona, él por su lado y yo por el mio, tratando de alejarnos lo más posible, llegue a casa y pude por fin responder a sus mensajes. La verdad, este día no trabaje nada, me lo pasé hablando con él. Hice acto de presencia y cumplí con las entregas, pero siempre que podía miraba y respondía lo que él me escribía. Por la tarde, mi madre me recordó que tenía que ir a ver a mi psicóloga, la primera vez en más de tres meses que salía de casa a algún sitio ¡Se me hizo todo tan raro!

Tras casi hora y media de consulta, salí con los ojos llorosos y necesidad de calor humano, el cual ahora es casi impensable. Mi pequeño caparazón se debilita un poco cada vez que voy a la consulta y tarda unos días en responder.

Pasaron las horas, y se dieron las doce, todo el mundo en su cama a dormir. Y aunque yo no tenía ese plan, Amo me tiro de la lengua, quería saber mi historia. Le conté todo. ¡Todo! Dieron las tres de la mañana, y por primera vez, Amo fue capaz de calmar mis lágrimas, y lograr que me sintiese segura aun dejando mi alma desnuda ante él.


La historia continuará pronto.


Comentarios

  1. Entrañable historia, espero de corazón que éste sea un camino lleno de cosas buenas y esperanza.
    Te mereces lo mejor. Y ya sabes, para lo que necesites, amiguita, estaré por aquí.

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